Un cronopio despertó esta mañana y vio a un fammas vecino, se quedó mirando y vio que él miraba al cielo pero no podía ver nada, se asomó como si nada y el cielo no le importó.... entonces el cronopio se acercó lentamente a la ventana, con pasos cortos y no vio un cielo... vio una batalla panorámica de nubes rasgadas, vio los arcos azules proyectados a un infinito inverosimil.... abrió sus ventanas y la escharda caricia de la brisa temprana le caldeó el rostro... y fue la mañana como el roce del bandoneon en el alma, las hojas del otoño se colaban, era un cielo fragmentado y cada una de sus partes eran mágicas, el azul de lento degradé.... el blanco, la brisa y las hojas del otoño... enorme alegría invadió al cronopio, era una mañana única y él estaba vivo....
J.A.
16 de octubre de 2008
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