Alejandra Torres (Bogotá)

CARICIA SOBRE EL OCEANO:

"Despierto en la sombra del día silente, soy barco que encalla sus redes en suelo de nubes, parece que el todo pintara a mi lado la historia de un viento que habitó nuevos puertos, continentes que esperan mi arribo, mi ancla y mi verso.
la proa desciende en la aurora del tiempo a destiempo, y el todo me sigue contando su magia en bandadas de pájaros y olas de peces,
Susurros de viento cobijan mi pecho,
la brisa marina me trae el recuerdo tejiendo en su aire el timón de mis sueños.
Narro mi vida en cuestión de segundos,
abrazo el suspiro que emana mi pecho de aire en el cielo.
Mi alma pequeña suspira su flor, su verbo de piel y de mares, de aire y de sueños".



ESTACIONES

Siento del cielo un pálpito
Agitares profundos y profanos de tierra y savia
Huracanes en forma de olas que golpean mi rostro de orilla.
Es el mar que embarca mis rumbos
Tus pasos la ola que hondea mis vientos.

Siento en la vida un olor de nieve
Camuflando versos de amor en el frio hielo
Iceberg de fuego en mi alma
Cubos de oro en mi espalda
Amor que vestido de nostalgia
Me abriga en recuerdos con piel de pétalos.

Siento en las manos tu soplo
Hojarasca derrotada en mis pasos
Caminos inciertos de polvo y fango.

Siento la luz citadina que mueve el gentío
De manto solar en mi pecho agitado
Cada escozor de la piel agotada
Cada vértigo, sofocos de asfalto sin camino.





MOTIVO
(Acordes vitales)

Cuando la noche percibe el cúmulo de mi existencia,
cada latido me abarca el aliento en improvisados suspiros vacíos de tiempo.
Descanso, contemplo y me sigo en cada soplo de afonía,
en cada palabra atascada en el vientre, fuego del mundo;
en cada recuerdo habitado por fantasmas y duendes sin gloria.

Cuando la noche aparece me muevo en sus fauces de sueño,
vacilante recorro mi sinuosa y profana experiencia:
soliloquio estremecido de miedo,
sonrisas proferidas en el viento,
abrazos extinguidos en vasijas de ausencia.

La noche cae ahora y mis sueños le entonan liviandades al oído.
Mientras me hundo en su canto voy acunando mi pecho al arrullo de los sueños cuya base rítmica se pasea en el diáfano poema que olvidó ser motivo, que olvidó ser recuerdo.



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